Los mercados emergentes afrontan su creciente demanda de electricidad apostando por las energías renovables de bajo coste, un paso “clave” para la transición energética global, sin recurrir a la construcción de nuevas infraestructuras para combustibles fósiles, según un informe divulgado este miércoles.
El estudio -desarrollado por el laboratorio de ideas británico Carbon Tracker y el instituto indio Consejo de Energía, Medio Ambiente y Agua (CEEW)- indica que la demanda de combustibles fósiles para la generación eléctrica ha alcanzado su pico en la mayoría de países desarrollados y se enfrenta a una caída del 20 por ciento desde que tocó techo en 2007.
En este contexto, los mercados emergentes (los países que no pertenecen a la Ocde, además de Chile, Colombia, México y Costa Rica) confían cada vez más en energías renovables, como la eólica o la solar, para recortar costes y producir electricidad sin tener que construir grandes infraestructuras basadas en combustibles como el carbón, el petróleo o el gas.
Estas economías en desarrollo, con una cantidad de recursos renovables capaz de cubrir 140 veces su demanda actual de electricidad, verán cómo las energías verdes contribuyen a reducir la mortalidad por contaminación y a impulsar la ocupación, apunta el texto.